Descripción
Los colores flashe, fabricados desde 1654, fueron de los primeros materiales modernos que surgieron como alternativa a la pintura al óleo. Sus características permiten redescubrir los efectos de las antiguas témperas y los fondos de las pinturas primitivas: mate, aterciopelado y opacos.
Se diluye con agua y se vuelve indeleble después de seco. Se puede aplicar con pincel, brocha o esponja.
Es un producto muy polivalente, que ofrece múltiples utilidades como la pintura en tela, decoración interior, preparación de fondos para óleo y acrílico…